Salió de su casa temprano. Cuando llegó a la esquina, compró en un kiosco cigarros y chocolate. En el metro se compró un café latte y se lo tomó muy lento, mirando distraídamente a la gente apurada de las ocho de la mañana. Llegó al andén sin ganas. Suspirando, pensó que iba a ser un día muy largo.
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