jueves, 2 de mayo de 2013

Una vez te escribí un poema.
Era malísimo.
Creo que nunca había escrito algo tan malo en la vida, pero a pesar de eso no me dio vergüenza mostrártelo.

Tengo una teoría al respecto.
Tal vez fue porque el poema decía la verdad. Era real y tú lo sabrías; no te iba a importar que nunca me convirtiera en Bukowski.

Pero parece que esas cosas ni siquiera pasaron por tu mente.
Yo me di cuenta un poco tarde, cuando me devolviste la hoja con una sonrisa en los labios y, como si fuera parte de la misma conversación, me contaste que desde ayer en la tarde pololeabas con el Pablo.